Miles y miles de obreros, trabajadores rurales, asalariados, campesinos, docentes, periodistas, con actividad política sindical, activistas y militantes de organizaciones múltiples pusieron el cuerpo en aquellos años…

Juan Carlos Cena

 
 
 

Si supiese qué es lo que estoy haciendo, no le llamaría investigación, ¿verdad?

Albert Einstein

 

Sábado, 25 Marzo, 2017 22:31

my widget for counting
contador

Usuarios Online  

 

PARTE I / PARTE II / PARTE III / PARTE IV / PARTE V

HISTORIA DE OLVIDOS
CLASE OBRERA: REPRESIÓN Y ENFRENTAMIENTO *
Un surco que atraviesa la historia del Movimiento Obrero

EL GOLPE DE ESTADO DEL 24 DE MARZO DE 1976
PARTE V

Por Juan Carlos Cena especial para Villa Crespo Digital

24 de marzo del 2014 *

Nadie es dueño, en términos absolutos, de los derechos humanos. Todos los organismos de Derechos Humanos deberían ser, como aspiramos en el mundo gremial, según sus principios liminares, independientes de los partidos políticos, de los patrones y del Estado.


En la actualidad, muchos en forma individual y colectiva, han mercantilizado el genocidio y sus desapariciones. Esta actitud es la continuación del genocidio y sus desapariciones por otros medios, es realmente perverso. Es la usurpación y la malversación de los dolores y sufrimientos. Es la comercialización de la muerte y de los principios por los que ofrendaron sus vidas.
La entelequia de la teoría, que era casi una certeza por esos tiempos, que expresaba que dentro del cuerpo de la dictadura militar existía la división entre militares democráticos y pinochetistas y que se debía apoyar a los primeros. Esta falacia, en cuestión, fue un acto criminal, de alta traición.


Estos inventores elucubraron estas figuraciones, decían y militaban para tal fin: ¡había que apoyar en esa división de las fuerzas armadas, a Videla y Viola!, contra el sector pinochetista, liderado por el almirante Massera y el general Benjamín Menéndez. Fue una hipótesis criminal que operó como desarme político e ideológico en un sector de la ciudadanía y en la de sus propios militantes.


Esta se daba la mano con el silencio de todo el campo socialista, encarnado, en esos tiempos, por la Unión Soviética, en plena decadencia carcomida por el revisionismo que ejercía, por ese entonces, una presión colonial sobre los otros países del campo socialista. En ningún foro internacional ningún país de ese mundo reclamó por nuestros desaparecidos, torturados, masacrados. Sí por chilenos, uruguayos, granadinos, bolivianos. ¿Qué diferencia hubo entre todos ellos y los argentinos? ¿Qué diferencia hay entre un militante de esos países con el argentino para no merecer el reclamo internacionalista?
¿Qué hubiera hecho y dicho el Che Guevara? Me lo imagino, con sólo recordar su discurso de Argelia y el reclamo a los soviéticos por las ventas de armas a Vietnam.


¿Que dirán aquellos que negaban, primero, a la revolución cubana, y luego repudiaban la figura del Che, y que hoy lucen en forma ostentosa su retrato?


Este es el país de la NO autocrítica y de arrepentidos militantes, todos guardan silencio, un silencio embustero.
El silencio del campo socialista significaba negocio para la Unión Soviética, era un trueque maldito, trigo argentino por silencio frente al genocidio argentino. Este silencio lo impuso a todo el mundo socialista dependiente. Esta es una de las cuentas postergadas, impagas, todavía hasta este 24 de marzo, llena de morosidades.
Un sector del Partido Socialista colaboró con los golpistas, muchos afiliados fueron funcionarios, embajadores, cónsules, entre otros cargos, como en el golpe de 1955 y 1966. La Unión Cívica Radical con sus variantes, del mismo modo: embajadores, funcionarios, intendentes, técnicos, y las fuerzas conservadoras representadas por distintos partidos, como en 1955 y 1966.
Después de la dictadura, el miedo y el terror subsistieron. Las leyes posteriores: la obediencia debida, el punto final y el indulto actualizaron el terror al definir que en esta sociedad hay algunos que tienen derecho a matar y otros a morir. Naciendo la nefasta teoría de los dos demonios de la boca y la pluma del “excelso” escritor Ernesto Sábato, quien saludó el golpe contra el doctor Illia. Agasajado por Videla.


En el 2007, el 22 de marzo faltaba quórum para derogar los indultos. Se demostraba el doble discurso…
A pesar de ello, las luchas continuaron durante los gobiernos democráticos-parlamentarios de Alfonsín, Menem, de la Rúa, Duhalde, y los Kirchner. Las huelgas contra la entrega del patrimonio nacional fueron significantes (telefónicos, ferroviarios, petroleros, entre otros), creció la represión y las traiciones.


Se sumaron más asesinatos: Víctor Choque, Omar Carrasco, Teresa Rodríguez, Francisco Escobar y Mauro Ojedas (Corrientes), Aníbal Verón (Tartagal).. El Santiagueñazo, Río Negro (Sierra Grande), Cutral-Có, Neuquén, todo el sur; Tartagal, general Mosconi, Zapla, Ingenio La Esperanza, Güemes, Tafí Viejo; La Matanza, Morón, San Martín, Quilmes (Buenos Aires), son huellas que señalan que la represión prosigue, pero que la lucha continúa, que la clase obrera enfrenta por todos sus medios, y que en forma perseverante sigue construyendo su estrategia de poder, su programa, rearmando en forma permanente a sus cuadros, gestando de nuevo esa fuerza moral que los contiene desde su historia.


Las luchas populares comienzan en el siglo XIX. Han transcurrido más de cien años, espacio que fue penetrado por un segmento, fue el de la represión de Estado sobre todas las manifestaciones del pueblo, pretendiendo domesticar y vencer la rebeldía popular, para beneficiar a los intereses más espurios, y que continuó en lugares como Caleta Olivia, General Mosconi, Tartagal, San Juan, Santiago del Estero, la violenta represión en la localidad de Las Heras y Jujuy, los estallidos sociales en Misiones o estación Haedo, son signos del hartazgo. Las masacres posteriores y las fuertes represiones que se llevan adelante contra las comunidades originarias. La represión a los docentes y la actitud patética de la presidente utilizando el atril para hablar mal del trabajo de los maestros…
La judicialización de la protesta es la continuación de la represión por otras formas, en estos tiempos, de las democracias relativas.


En este nuevo aniversario del golpe de estado hay que honrar a nuestros muertos, desaparecidos, torturados, es colocarlos en afiches y placas llenas de simplezas no logran reflejar el porqué de su lucha. Nadie tiene el derecho de hablar en sus nombres sino encarnan la lucha por la que ellos padecieron. La consigna “la sangre derramada no será negociada” es absolutamente válida. Sus memorias no se negocian. Hay que festejarlos con sus historias y padeceres, con sus tristezas y alegrías, y ahí, en la alegría, continuar con sus utopías y esperanzas, sin claudicación.


Honrarlos como se merecen, con regocijo. Con la dicha que emana de los luchadores que dieron lo mejor de ellos: la vida.
Como dice Julius Fucik en su libro: Reportaje al pie del patíbulo:

“Y lo repito una vez más:
he vivido por la alegría,
por la alegría he ido al combate y por la
alegría muero.
Que la tristeza nunca sea unida a mi Nombre”
Así escribe desde la celda de la GESTAPO, poco antes de su ejecución, este formidable escritor checo. Es la despedida de un hombre limpio y entero, de un enamorado de la vida, de un combatiente.
Vinieron por todo. Han dejado un país arrasado y vienen por más, con la complicidad de tantos. A nosotros "Nos quedó la palabra".
Si abrí los labios para ver el rostro
puro y terrible de mi patria,
si abrí los labios hasta desgarrármelos,
me queda la palabra.
Blas de Otero


Debemos combatir el olvido. Todos los días y a cada rato. Porque el olvido es una herramienta de la clase dominante. Se ha dicho que hay un momento inicial de la memoria. La memoria es un proceso social, no individual.
Para derrotar al olvido, debemos ser militantes de la memoria, militar por la memoria significa reivindicar los derechos humanos en este día y todos los días y a cada momento, para que no haya más niños pobres, desamparados, desnutridos, para que desaparezca la desocupación, que florezca el pleno empleo con salarios dignos, que seamos habitantes de un país que merezca ser vivido, con dignidad y plena libertad, que se acabe el gatillo fácil y la judicialización de la protesta, y empiece el respeto y el derecho a la vida, a ser seres dignos, a la libertad plena. Es decir, ser hombres libres en un país libre, con el derecho pleno al uso de la palabra.
Que el trabajo y la educación vuelvan a ser vértices de la vida de un pueblo forjador de su destino.


Termino con las palabras apasionadas y ejemplares de Tomás (Titi) Di Toffino, dirigente obrero cordobés, cuando enfrenta al pelotón de fusilamiento, palabras que rebotarán por las sierras cordobesas como un eco militante, por los socavones de la clase obrera y el pueblo, multiplicándose por todo el territorio nacional,. El Tomás (a) El Titi, militante peronista, dirigente del Sindicato de Luz y Fuerza de Córdoba, se negó a esconderse o a refugiarse, durante el proceso de la dictadura civico-militar, sino, todo lo contrario: Me quedo con los compañeros, sólo con ellos. Porqué ese es mi lugar, dijo con firmeza…


Compañero y amigo personal de Agustín Tosco. Ese día, dicen los compañeros de celda y de martirio, que se preparó y recomendó a los otros que lo iban acompañar, que había que enfrentar al pelotón de fusilamiento con dignidad obrera, erguidos, sin vendas, con la mirada potente, serenos y dignos. Antes de recibir los disparos mortales, él les disparó primero, quedando el tiempo espacial amordazado, en absoluto silencio: Fue cuando el viento se detuvo a escuchar ¡Tiren hijos de puta, así mueren los trabajadores! ¡Viva la clase obrera, carajo!
Jamás mueren en vano los que mueren por una causa justa. Lord Byron.

* Trabajo publicado por primera vez el 24 de marzo del 2007 / Actualizado.
* Juan Carlos Cena es miembro fundador del Mo.Na.Re.FA (Movimiento Nacional por la Recuperación de los Ferrocarriles Argentinos)
- Autor de:
- El Guardapalabras (memorias de un ferroviario)
- El Cordobazo, una rebelión popular.
- El Ferrocidio 1ª edición (agotada)
- El Ferrocidio. 2da edición (ampliada y corregida)
- Crónicas del Terraplén.
- Ferroviarios, una sinfonía de acero y lucha
- Personal técnico especializado en Planeamiento y Control de Gestión
- ExSecretario general del Personal de dirección (APDFA) de Capital Federal
• Libro de próxima aparición


Caracteres: 10.191